Investigadores británicos y alemanes han descubierto que aquellas personas que poseen un nivel más elevado de vitamina C en el plasma presentan menos factores de riesgo cardiovascular y además tienen menos probabilidad de sufrir insuficiencia cardiaca. De hecho, una dieta rica en frutas y verduras se asocia a una reducción de la presión arterial, la inflamación sistemática y el estrés oxidativo.


Ayuda a prevenir la disfunción de los vasos sanguíneos, estimula la síntesis del colágeno y aumenta la generación de nuevas células de los vasos sanguíneos.
Revierte el endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis) en sus etapas más tempranas.
La deficiencia de Vitamina C provoca una reducción de la integridad de los vasos sanguíneos, por medio de la reducción del óxido nítrico y síntesis del colágeno. Esto conduce normalmente a un aumento de la formación de placas y mayor riesgo de accidente cerebrovascular.
LA VITAMINA C AYUDA A:
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Controlar la presión arterial.
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Eleva el colesterol “bueno” (HDL)
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Reduce el colesterol “malo” (LDL)
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Limita la Lp (a) o Factor genético pro enfermedad cardiovascular
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Fortalece y flexibiliza las paredes de los vasos capilares.
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Reduce el riesgo de sufrir espasmos vasculares que pueden generar infartos.
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Inhibe la oxidación del colesterol LDL, impidiendo su entrada en el endotelio vascular y limitando la obstrucción arterial.

